lunes, 6 de mayo de 2019

Haya

Nombre en euskara: Pagoa      
Nombre científico: Fagus sylvatica

Familia: Fagáceas

Las hayas son la leyenda.
Alguien, en las viejas hayas,
leía una historia horrenda
de crímenes y batallas
¿Quién no ha visto sin temblar
un hayedo en un pinar?
     Antonio Machado, Las encinas


Este joven ejemplar se encuentra en la Plaza José Mª Martínez de las Rivas.


Árbol caducifolio de porte majestuoso que alcanza los 40 m. Originario del centro y oeste de Europa. Tiene una corteza lisa y gris. Sus ramas se disponen horizontales sobre el tronco principal, de manera que proyecta una densa sombra bajo su copa.

Las hojas son simples, alternas, ovaladas, con los nervios muy marcados, miden 5-10 cm de largo y tienen el margen entero.

Las flores nacen en amentos colgantes y suelen pasar desapercibidas.

Los frutos, denominados hayucos, tienen una llamativa cubierta leñosa o erizo con pinchos blandos que alberga en su interior 2 o 3 semillas de sección triangular.

De crecimiento lento, puede llegar a vivir 300 años.
Planta forestal de gran importancia, típica de nuestros montes.
La madera de haya es muy apreciada porque es fácil de tallar, tornear, pulir y apenas tiene entrenudos. Además, por destilación, se obtiene creosota, un compuesto aromático desinfectante de la madera, y alquitrán. También es buena para quemar y producir carbón vegetal, a pesar del dicho popular: “Mal haya carbón de haya”.

Los frutos son comestibles, muy nutritivos y energéticos, pero su abuso produce malestar de vientre y aerofagia. Hay un refrán que dice: “Estratifica con maña, hayuco, bellota y castaña”.

Fagus era el nombre que le daban los romanos al haya, a sus frutos y a su madera; sylvatica quiere decir ‘de las selvas’, ‘de los montes’.

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