jueves, 26 de diciembre de 2019

Observar los cambios estacionales

allí donde en la vida se suceden,
cual recordando lo que nunca acaba,
el estallido de la yema nueva
y el caer funeral de la hojarasca,
allí, Señor del tiempo
te siente eterno el alma.

         José Mª Gabriel y Galán


Con el paso de las estaciones se observan en la naturaleza una serie de cambios que tienen relación con la evolución del tiempo atmosférico a lo largo del año, así como con el carácter de éste respecto al clima de un territorio. Es muy importante, para los animales y las plantas de regiones templadas o frías, adaptarse a las estaciones. Esta adaptación se observa en distintos ciclos, tanto de actividad y letargo, como en los de desarrollo. En el caso de los árboles podemos señalar cuatro momentos o fases especialmente significativas: foliación, floración, fructificación y comienzo del reposo vegetativo.
En Japón y en China, se ha observado, y celebrado, la floración del cerezo y el melocotonero desde épocas remotas. En Europa, las primeras observaciones realizadas con un cierto método son las que empezó a realizar el inglés Robert Marshan en 1736, dando origen a la fenología, ciencia que estudia los fenómenos biológicos que se presentan periódicamente siguiendo ritmos estacionales y que tienen relación con el clima y el curso anual del tiempo atmosférico en un determinado lugar.

El factor fundamental que influye en la fenología de las especies es el fotoperiodo o duración relativa del día y la noche, que sirve para reconocer de forma fiable la época del año, pero a su vez este es modulado por variables climáticas (como la temperatura, la precipitación, la insolación o la humedad relativa) y climático-edáficas (como la humedad del suelo).

Los datos fenológicos son importantes para entender los procesos de interacción entre la atmósfera y la biosfera, sobre todo de cara a las aplicaciones agrarias y como complemento en los estudios de cambio climático. 
En estas observaciones los árboles ocupan un lugar destacado. Así, por ejemplo, en la red fenológica del Instituto Nacional de Meteorología se observan en la actualidad 87 especies, de las cuales 15 son frutales y 34 corresponden a otro tipo de árboles y arbustos, incluidos algunos ornamentales. Los árboles urbanos nos brindan la oportunidad de seguir de cerca estos cambios estacionales.