viernes, 30 de agosto de 2024

Echar raíces

El árbol ha sido un poderoso símbolo desde el principio de los tiempos, y constituye un elemento esencial en la cultura de los pueblos. Muchos de ellos han establecido una relación especial con algún árbol determinado, de tal forma que el árbol puede representar, de alguna forma, su historia y su cultura. En nuestra cultura, por ejemplo, el roble tiene un significado singular. 

Así, los árboles también pueden ser una vía para entrar en contacto con gente de otras tierras, y convertirse en un elemento de convivencia intercultural. Sería hermoso que la gente que ha venido de otras tierras pudiera echar raíces en la nuestra, en compañía de un árbol representativo de su lugar de origen.

 

Gernikako Arbola da bendikatua,

eskualdunen artean guztiz maitatua.

Eman ta zabal zazu munduan frutua

adoratzen zaitugu, arbola santua.

    José María Iparraguirre, Gernikako arbola

jueves, 18 de julio de 2024

Pino marítimo

Nombre en euskara: Itsas pinu 

Nombre científico: Pinus pinaster

¿Qué dicen los rumorosos,
en la costa enverdecida
al transparente rayo
de la plácida luz de luna?
¿Qué dicen las altas copas
de oscuro follaje arpado
con su bien acompasado
monótono zumbar?

Eduardo Pondal, Os pinos


Este espléndido ejemplar se encuentra en la finca de la Escuela de Educación Infantil Txikitxu.

Es una especie perenne, que habita en el entorno de la región mediterránea occidental. Tiene una copa irregular y abierta. Su tronco suele ser algo tortuoso, de color castaño oscuro por su gruesa corteza. Puede alcanzar los 40 m de altura. 

Las acículas se encuentran en pares, son gruesas y largas (12-22 cm), de color azul verdoso a amarillo verdoso.

Las flores comienzan a brotar a principios de la primavera. Las masculinas se forman en grupos numerosos y van saliendo de una especie de espiga amarilla. Las femeninas son unos conos rectos, en forma de pirámide.

Las piñas son cónicas y grandes.

Se utiliza para sujetar terrenos con graves procesos de erosión. Produce resina que se utiliza para la elaboración de pegamentos, barnices, tintes, etc. Por destilación de la resina se obtiene esencia de trementina, que es el verdadero aguarrás, de color ambarino y más caro que los sustitutos que se comercializan como disolventes.

Como residuo al quemar astillas resinosas, se obtiene la pez, una brea o alquitrán que aún se utiliza para la impermeabilización de botas, cueros y barricas para el vino. Antiguamente se usaba para el calafateado de los barcos de madera. Se calentaba la pez, y se echaba en las uniones de los tablones introduciendo fibras vegetales, como la estopa, de tal manera que al enfriarse se quedaban selladas y se evitaban fugas de agua.

La propia resina seca se vende para suavizar la fibra de los arcos de instrumentos de cuerda como violines, violas y contrabajos.

Es curioso observar cómo la palabra pino, o sus derivadas, es frecuentemente empleada en la vida cotidiana en expresiones del tipo “como la copa de un pino”, “estar en el quinto pino”, “estar a partir un piñón”, etc.

Es símbolo de fuerza vital e inmortalidad, por su condición de perenne y por agarrarse fuertemente, con sus raíces, en lugares de fuerte erosión.

Como todas las coníferas, es anemófila, es decir, es polinizada por el viento.

Pinus era el nombre latino de los pinos; pinaster es un nombre latino que se asignaba a un pino silvestre cuyo sufijo -aster denota imperfección.

 

Fuentes consultadas:

https://www.arbolapp.es/

https://es.wikipedia.org/

https://www.miteco.gob.es/

martes, 25 de junio de 2024

Bosque de músicas

           Cuando llegó la 776ª noche, Schehrazada habló de un árbol cantor maravilloso:

“…ni los laudes, ni las arpas, ni las guitarras producen una armonía comparable al concierto de las mil bocas invisibles que hay en las hojas del árbol que canta.”

Anónimo, Las mil y una noches 

En realidad, todos los árboles cantan. Su música suena distinta en función de la fuerza del viento y la edad de los árboles, de si se trata de elementos aislados o de todo un bosque.

Otra forma de expresarse es a través de las aves que en ellos se albergan. El recital será diferente según se trate de un solo ejemplar o de bandadas enteras.

También se sirven de la lluvia, una delicada percusionista que dispone de miles de pequeñas tiernas panderetas verdes.

En demasiadas ocasiones el ruido de la ciudad, o ese runrún en la cabeza, no nos deja escuchar el concierto... Empieza el verano, días largos y calurosos que invitan a refugiarse en la sombra de los árboles y a escuchar sus voces. Pero para ello hemos de aislarnos del ruido, prestar atención y escuchar.

viernes, 31 de mayo de 2024

Melocotonero

Nombre en euskara: Mertxikondo 

Nombre científico: Prunus persica

Familia: Rosáceas

          Contraponientes

          de melocotón y azúcar,

          y el sol dentro de la tarde,

          como el hueso en una fruta.

                 Federico García Lorca, Agosto

Este espléndido ejemplar se encuentra en la finca del antiguo colegio El Carmen.

Pequeño árbol caducifolio que puede alcanzar 6-8 m de altura.

Originario de Afganistán, China e Irán, fue traído a Occidente por los romanos, que lo tomaron como originario de Persia (de ahí viene el epíteto persica).  

Corteza lisa, cenicienta, que se desprende en láminas.

Hojas simples, lanceoladas, largamente acuminadas (se estrechan paulatinamente en un ápice alargado), con el margen finamente aserrado. Lampiñas por ambas caras. 

Flores por lo general solitarias, a veces en parejas, casi sentadas, de color rosa a rojo. Aparecen en el árbol antes que las hojas.

El fruto, el melocotón, es una drupa comestible de piel aterciopelada, posee una carne amarilla o blanquecina de sabor dulce y aroma delicado. El endocarpo (hueso) es profundamente surcado y alveolado, con una sola semilla en su interior. Esta es tóxica, debido a la presencia, aunque en pequeña cantidad, de un precursor del cianuro, la amigdalina.

A la variedad que no tiene la piel aterciopelada se la llama “nectarina” o “pavía”.

Las variedades cuyos frutos tienen forma achatada se denominan “paraguayos” (son vellosos, pero existen variedades sin pelo llamadas “platerinas”).

Se suele consumir de diversas formas: como fruta fresca o en conserva, ya sea cocida en almíbar o desecada. En este último caso, los trozos desecados se llaman orejones de melocotón.

El melocotón tiene un importante papel en la tradición china, y es el símbolo de la larga vida. Se menciona en su literatura desde principios del primer milenio antes de Cristo.

La palabra melocotón proviene del latín malum cotonium, y esta del griego, literalmente significa “manzana de Cydonya”.

Fuentes consultadas:

https://es.wikipedia.org/wiki/Prunus_persica

https://plantasyflores.pro/melocotonero/

http://www.arbolesornamentales.es/nombrescomunes.htm

lunes, 13 de mayo de 2024

Pequeños equipamientos de bienestar

Tendemos a crear grandes infraestructuras, y nos olvidamos de los pequeños equipamientos del bienestar, que nos permiten estar en contacto con la naturaleza y con los demás. Es algo que deberíamos tener en cuenta a la hora de organizar nuestros pueblos y ciudades, donde el automóvil ha ido ganando terreno. 

Sostiene Francesco Tonucci, pedagogo e impulsor del proyecto La ciudad de los niños, que estos, al igual que las luciérnagas, son indicadores ambientales. “Si vuelven ellas, significa que el aire está limpio. Si los niños vuelven a la calle, significa que hemos hecho bastante trabajo estructural y social para que esto pueda ser posible”.

Robert Musil, por su parte, decía que “hemos conquistado la realidad y perdido el sueño. Ya nadie se tiende bajo un árbol a contemplar el cielo a través de los dedos del pie”.

¿Por qué no acondicionar lugares para ello? Pequeñas praderas donde tumbarse, parques donde jugar, jardines donde despertar los sentidos, huertos donde contactar con la tierra, bancos donde sentarse bajo un árbol…

 

Hoy he visto en tus ramas la primera

hoja verde, mojada de rocío,

como un regalo de la primavera,

buen árbol del estío.

A.     Machado, Poema del árbol

miércoles, 24 de abril de 2024

Almendro

Nombre en euskara: Almendrondo  

Nombre científico: Prunus dulcis

Familia: Rosáceas

Se incendió aquel encaje de ramas. El almendro floreció de golpe. Me quedé sin razón, por mirar atónito, ante aquel fuego blanco de infinitos pétalos. Ardiente por su vibración. En eso consistía el milagro: en que, al estallar en flor, el almendro vibraba rapidísimo como un diapasón callado, obligado a ondular el universo».

José Luis Sampedro, Octubre, octubre

 Este hermoso ejemplar se encuentra en la plaza Darío Regoyos (junto a la bolera).

Pequeño árbol que puede alcanzar hasta 10 m. de altura. Su área natural está en el centro y sudoeste de Asia y en el norte de África. En la Península es una planta introducida desde antiguo, probablemente por los fenicios, y ampliamente distribuida por los romanos.  

Las hojas son caducas, simples, alternas, lanceoladas y serradas en su margen.

Las flores aparecen tempranamente, a veces aún en invierno, antes que broten las hojas, en grupos numerosos y aromáticos que son muy visitados por los insectos. Son de color blanco o rosa, dependiendo de las variedades.

Sobre la floración del almendro hay una hermosa historia. En el siglo XI, en el califato de Córdoba, hubo un rey y poeta llamado al-Mu’tamid. Se cuenta que un día encontró a su esposa, l’timad al-Rumaykiyah, llorando, desilusionada, porque unos copos de nieve habían caído alrededor de Córdoba, y luego se habían derretido. El rey, entonces, le prometió nieve todos los inviernos. Hizo plantar almendros en todas las colinas alrededor de la ciudad, cuyas blancas flores aparecían, al final del invierno, en las ramas desnudas.

La parte carnosa del fruto es verde y, cuando se seca, se desprende para dejar al descubierto la semilla, la almendra.

Su madera es rojiza, muy dura y no se agrieta con facilidad, por lo que es apreciada en ebanistería.

A veces genera una goma resinosa que manifiesta una enfermedad latente, la gomosis, que se produce como defensa ante agresiones de insectos y hongos. Esta se ha usado como sustituta de la goma de mascar y también en farmacia para aglutinar medicamentos antes de que existieran las cápsulas.

La almendra se consume cruda, tostada, salada o ahumada, pero también en la gastronomía como complemento de guisos y ensaladas, y, sobre todo, en pastelería para elaborar tartas, turrones, polvorones, mazapanes y un sinfín de dulces, herencia de la cultura árabe. También se extrae de las almendras un aceite muy apreciado en cosmética y, al triturarlas, se obtiene una leche semejante a la horchata. Además, su cubierta verde sirve como forraje y su cáscara como combustible.

El almendro se cultiva principalmente por su semilla. Por su espectacular y temprana floración también se cultiva, a menudo, como ornamental.

Las almendras amargas contienen amigdalina, precursor del cianuro (ácido cianhídrico), un potente veneno que ya era usado en el Antiguo Egipto para ajusticiar a los criminales.

Prunus era el nombre latino del ciruelo, y el que se dio después también a las especies de frutos semejantes, con un hueso; dulcis nos indica el sabor dulce de las almendras, si bien las hay amargas.

Las palabras ”almendra” y “almendro” derivan de Amygdalus, de origen griego, y significa “árbol hermoso”.

Fuentes consultadas:

Wells, D. (2010). Lives of the Trees. An Uncommon History. Algonquin Books of Chapel Hill, North Carolina.

https://www.arbolapp.es/

https://es.wikipedia.org/

martes, 2 de abril de 2024

Gestión del riesgo en el arbolado urbano

Recientemente han desaparecido cuatro grandes álamos del parque Ignacio Ellacuria. Uno de ellos cayó a consecuencia de los embates de una de las borrascas que nos han visitado últimamente. Los otros tres fueron talados “como medida preventiva”. Independientemente de lo acertado (o no) de la decisión, este hecho nos debe llevar a plantear cómo abordar este tema en el futuro. 

La valoración del riesgo implica determinar, en un principio, cual es el rango de tolerancia del peligro que estamos dispuestos asumir, y actuar sobre el arbolado para no sobrepasarlo. El nivel de riesgo puede reducirse con tratamientos concretos, e incluso eliminarse con la tala del individuo. Pero la tala debe ser el último recurso, a utilizar cuando se han agotado las demás alternativas. 

Los árboles no son mobiliario urbano que se pueda sustituir sin más. Son seres vivos, un patrimonio vivo de la Villa. Cuando se trata de árboles de grandes dimensiones, como los que nos ocupan, aunque sean reemplazados por otros, se deberá esperar dos o tres generaciones para tener árboles semejantes a los que había. El factor tiempo no es canjeable. Al igual que hacemos con otro tipo de patrimonio, hemos de dedicar esfuerzo y recursos para proteger el patrimonio que representan los árboles. 

Es comprensible el miedo y la inseguridad que provoca la posibilidad de un accidente. Sin embargo, esta aprensión al futuro incierto lleva, en demasiadas ocasiones, a actuaciones desacertadas o incorrectas. Debería estar claro que las valoraciones de riesgo no se realizan para cortar árboles sino para salvarlos.

Hemos de subrayar que realizar una valoración de riesgo de un árbol no es cosa sencilla. Este cometido lo debe realizar personal experto, y desafortunadamente pocos profesionales se dedican a ello con las adecuadas competencias.

Es necesario, por lo tanto, disponer de un servicio de inspección del arbolado potencialmente de riesgo, que establezca procesos para documentar sólidamente dichas inspecciones y que se realice de forma sistemática para todo el arbolado de la villa, por personal con la formación y la experiencia adecuadas, conforme a las últimas técnicas y conocimientos en arboricultura.

No debemos olvidar que la gestión del riesgo sobre el arbolado urbano es una parte esencial de las directrices y prácticas de mantenimiento, marcando las pautas de actuación sobre los árboles de la villa, y si no se hace de forma correcta, puede desembocar en la pérdida de cobertura vegetal y de un patrimonio, no solo ambiental y social, sino también económico.

 

Fuentes consultadas:

Díaz-Galiano, L. A. y Ruiz, A. (2019). “La gestión del riesgo aparente en arbolado urbano. Modelo 2al”, en PARJAP, nº 94, pp. 5-17.

https://lignumforestal.com/