Nombre en euskara: Almendrondo
Nombre científico: Prunus
dulcis
Familia: Rosáceas
Se
incendió aquel encaje de ramas. El almendro floreció de golpe. Me quedé sin
razón, por mirar atónito, ante aquel fuego blanco de infinitos pétalos.
Ardiente por su vibración. En eso consistía el milagro: en que, al estallar en
flor, el almendro vibraba rapidísimo como un diapasón callado, obligado a
ondular el universo».
José Luis
Sampedro, Octubre, octubre
Este hermoso ejemplar se encuentra en la plaza Darío Regoyos
(junto a la bolera).
Pequeño árbol que puede alcanzar hasta 10 m. de altura.
Su área natural está en el centro y sudoeste de Asia y en el norte de África.
En la Península es una planta introducida desde antiguo, probablemente por los
fenicios, y ampliamente distribuida por los romanos.
Las hojas son caducas, simples, alternas, lanceoladas
y serradas en su margen.
Las flores aparecen tempranamente, a veces aún en
invierno, antes que broten las hojas, en grupos numerosos y aromáticos que son
muy visitados por los insectos. Son de color blanco o rosa, dependiendo de las
variedades.
Sobre la floración del almendro hay una hermosa
historia. En el siglo XI, en el califato de Córdoba, hubo un rey y poeta
llamado al-Mu’tamid. Se cuenta que un día encontró a su esposa, l’timad
al-Rumaykiyah, llorando, desilusionada, porque unos copos de nieve habían caído
alrededor de Córdoba, y luego se habían derretido. El rey, entonces, le
prometió nieve todos los inviernos. Hizo plantar almendros en todas las colinas
alrededor de la ciudad, cuyas blancas flores aparecían, al final del invierno,
en las ramas desnudas.
La parte carnosa del fruto es verde y, cuando se seca,
se desprende para dejar al descubierto la semilla, la almendra.
Su madera es rojiza, muy dura y no se agrieta con
facilidad, por lo que es apreciada en ebanistería.
A veces genera una goma resinosa que manifiesta una
enfermedad latente, la gomosis, que se produce como defensa ante agresiones de
insectos y hongos. Esta se ha usado como sustituta de la goma de mascar y
también en farmacia para aglutinar medicamentos antes de que existieran las
cápsulas.
La almendra se consume cruda, tostada, salada o
ahumada, pero también en la gastronomía como complemento de guisos y ensaladas,
y, sobre todo, en pastelería para elaborar tartas, turrones, polvorones,
mazapanes y un sinfín de dulces, herencia de la cultura árabe. También se
extrae de las almendras un aceite muy apreciado en cosmética y, al triturarlas,
se obtiene una leche semejante a la horchata. Además, su cubierta verde sirve
como forraje y su cáscara como combustible.
El almendro se cultiva principalmente por su semilla.
Por su espectacular y temprana floración también se cultiva, a menudo, como
ornamental.
Las almendras amargas contienen amigdalina, precursor
del cianuro (ácido cianhídrico), un potente veneno que ya era usado en el
Antiguo Egipto para ajusticiar a los criminales.
Prunus era el
nombre latino del ciruelo, y el que se dio después también a las especies de
frutos semejantes, con un hueso; dulcis
nos indica el sabor dulce de las almendras, si bien las hay amargas.
Las palabras ”almendra” y “almendro” derivan de Amygdalus, de origen griego, y significa
“árbol hermoso”.
Fuentes consultadas:
Wells, D. (2010). Lives
of the Trees. An Uncommon History. Algonquin Books of Chapel Hill, North
Carolina.
https://www.arbolapp.es/
https://es.wikipedia.org/