domingo, 28 de febrero de 2016

Abedul

Nombre en euskara: Urkia


Nombre científico: Betula pendula  

Familia: Betuláceas

El abedul blanco
bajo mi ventana
se viste de nieve
que recuerda plata.
(Serguei Esenin, Abedul)

Este esbelto ejemplar se encuentra en la confluencia de las calles Abatxolo y Ramón y Cajal, en el límite con Sestao.


Elegante árbol caducifolio que puede llegar a los 30m. Originario de Europa y Asia Menor.
Corteza blanca laminar, es fina y flexible. Las ramas jóvenes son largas y péndulas.
Hojas romboidales doblemente dentadas, de color verde medio –más claro por el envés-.
Flores: amentos amarillo verdosos
Frutos a modo de infrutescencia de color pardo rojizo.
De crecimiento rápido, tiene una longevidad media.

El nombre en castellano proviene del nombre latino del abedul, que deriva de la palabra celta betule. Pendula, del latín pendulus,-a,-um, significa colgante.
Su porte elegante se ve realzado por su hermosa corteza blanca. En el País Vasco se utilizó, por su llamativo color, como mojón vivo en los deslindes de prados.
La madera es blanda y fácil de tallar. Los pastores vascos la utilizaban en la fabricación de recipientes para la leche y el queso, porque no se agrieta.

De la savia, rica en azúcares, se obtiene un jugo que en algunos lugares de Europa se fermenta para obtener una bebida alcohólica.

domingo, 21 de febrero de 2016

Sentir la presencia de los árboles

La presencia de un árbol: esa vida sin rostro, tan real, tan poderosa, pero ausente, latiendo en el encierro seco de su tronco, y en el serpentino fluir de sus raíces, y en el verdor al aire, locamente abierto.
Gabriel Celaya, Un árbol.

“Los árboles tienen pensamientos dilatados, prolijos y serenos, así como una vida más larga que la nuestra. Son más sabios que nosotros, mientras no les escuchemos. Pero cuando aprendemos a escuchar a los árboles, la brevedad, rapidez y apresuramiento infantil de nuestros pensamientos adquiere una alegría sin precedentes. Quien ha aprendido a escuchar a los árboles, ya no desea ser un árbol. No desea ser más que lo que es”.
                                                            Hermann Hesse, El caminante. 
  
“Un árbol siempre es un elemento de belleza. Si el tronco es recto, nos emociona su esbeltez. Si se retuerce, adquiere humanidad como si estuviera sujeto al dolor. El artesonado de sus hojas tamiza la luz y el calor del sol. Todos recordamos momentos felices de nuestra vida a la sombra de un árbol. El azul del cielo entre las hojas claras es el mejor reposo de los ojos.
Los árboles sacudidos por el viento, al chocar sus ramajes, cantan. Imitan el ruido de la lluvia al caer y el ruido del mar lejano. Las hojas de los árboles batidas por el viento se estremecen como gargantas humanas.”
                        Noel Clarasó, El libro del jardín.


domingo, 14 de febrero de 2016

Aprender a mirar

Hay muchas personas de vista perfecta
que nada ven […]
El acto de ver no es natural.
Precisa ser aprendido.
                                     Rubem Alvés

Aprender a mirar para ver los árboles de nuestra Villa, no como componentes estáticos del paisaje, sino como miembros activos del mismo. El árbol es parte de nuestra cultura, está presente en la mitología, en el folklore, en la toponimia, en los apellidos y en muchos de nuestros símbolos y tradiciones.
Las zonas verdes urbanas, y los árboles especialmente, juegan un importante papel en la calidad ambiental de las ciudades, haciéndolas más agradables y acogedoras, animan nuestros sentidos y favorecen la relajación y el esparcimiento.
El árbol es un elemento clave del medio ambiente urbano. Los valores del arbolado urbano van más allá de lo puramente estético y ornamental. Incluyen tanto cuestiones vinculadas a las condiciones físicas y ambientales como las relacionadas con la calidad de vida y la percepción de la propia ciudad.
Los árboles que disfrutamos en la actualidad son un legado de quienes los plantaron, un legado que tenemos que conservar, mejorar y aumentar. Sin duda, esto contribuirá a mejorar la calidad ambiental de la Villa, y el bienestar de quienes en ella habitamos.
Cualquier árbol merece respeto. Altos o bajos, delgados o gruesos, vistosos o discretos, frágiles o fuertes, vengan de donde vengan, son los árboles de la Villa, ¡portugalujos, y por muchos años!

No basta abrir una ventana
para ver los campos y el río.
No es suficiente con no ser ciego
para ver los árboles y las flores.  

             Alberto Caeiro

domingo, 7 de febrero de 2016

Presentación

Aprender a mirar, a escuchar, a sentir la presencia de los árboles. Ese es el propósito de este blog. Y hacerlo desde lo cercano, recorriendo los rincones de nuestra Villa, para descubrir y valorar los árboles que en ellos encontramos.
Nos ocuparemos, por una parte, de cuestiones que tienen que ver con el importante papel que juegan los árboles en nuestras vidas: simbolismo y tradiciones, servicios ambientales, valores estéticos y educativos, beneficios psicológicos, etc.
Por otra parte, iremos presentando las diferentes especies de árboles existentes en Portugalete  —muchas de las cuales son habituales también en otras ciudades—, indicando algunas de sus principales características y curiosidades. 

Este es un blog de Joseba Martínez Huerta, portugalujo y amigo de los árboles.