domingo, 14 de febrero de 2016

Aprender a mirar

Hay muchas personas de vista perfecta
que nada ven […]
El acto de ver no es natural.
Precisa ser aprendido.
                                     Rubem Alvés

Aprender a mirar para ver los árboles de nuestra Villa, no como componentes estáticos del paisaje, sino como miembros activos del mismo. El árbol es parte de nuestra cultura, está presente en la mitología, en el folklore, en la toponimia, en los apellidos y en muchos de nuestros símbolos y tradiciones.
Las zonas verdes urbanas, y los árboles especialmente, juegan un importante papel en la calidad ambiental de las ciudades, haciéndolas más agradables y acogedoras, animan nuestros sentidos y favorecen la relajación y el esparcimiento.
El árbol es un elemento clave del medio ambiente urbano. Los valores del arbolado urbano van más allá de lo puramente estético y ornamental. Incluyen tanto cuestiones vinculadas a las condiciones físicas y ambientales como las relacionadas con la calidad de vida y la percepción de la propia ciudad.
Los árboles que disfrutamos en la actualidad son un legado de quienes los plantaron, un legado que tenemos que conservar, mejorar y aumentar. Sin duda, esto contribuirá a mejorar la calidad ambiental de la Villa, y el bienestar de quienes en ella habitamos.
Cualquier árbol merece respeto. Altos o bajos, delgados o gruesos, vistosos o discretos, frágiles o fuertes, vengan de donde vengan, son los árboles de la Villa, ¡portugalujos, y por muchos años!

No basta abrir una ventana
para ver los campos y el río.
No es suficiente con no ser ciego
para ver los árboles y las flores.  

             Alberto Caeiro

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