Hay muchas
personas de vista perfecta
que nada ven […]
El acto de ver no es
natural.
Precisa ser aprendido.
Rubem
Alvés
Aprender a mirar para ver
los árboles de nuestra Villa, no como componentes estáticos del paisaje, sino
como miembros activos del mismo. El árbol es parte de nuestra cultura, está
presente en la mitología, en el folklore, en la toponimia, en los apellidos y
en muchos de nuestros símbolos y tradiciones.
Las zonas verdes urbanas, y los árboles
especialmente, juegan un importante papel en la calidad ambiental de las
ciudades, haciéndolas más agradables y acogedoras, animan nuestros sentidos y
favorecen la relajación y el esparcimiento.
El árbol es un elemento
clave del medio ambiente urbano. Los valores del arbolado urbano van más allá
de lo puramente estético y ornamental. Incluyen tanto cuestiones vinculadas a
las condiciones físicas y ambientales como las relacionadas con la calidad de
vida y la percepción de la propia ciudad.
Los árboles que
disfrutamos en la actualidad son un legado de quienes los plantaron, un legado
que tenemos que conservar, mejorar y aumentar. Sin duda, esto contribuirá a
mejorar la calidad ambiental de la Villa, y el bienestar de quienes en ella
habitamos.
Cualquier árbol merece
respeto. Altos o bajos, delgados o gruesos, vistosos o discretos, frágiles o
fuertes, vengan de donde vengan, son los árboles de la Villa, ¡portugalujos, y
por muchos años!
No basta
abrir una ventana
para ver los campos y el
río.
No es suficiente con no
ser ciego
para ver los árboles y
las flores.
Alberto Caeiro
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