miércoles, 24 de abril de 2024

Almendro

Nombre en euskara: Almendrondo  

Nombre científico: Prunus dulcis

Familia: Rosáceas

Se incendió aquel encaje de ramas. El almendro floreció de golpe. Me quedé sin razón, por mirar atónito, ante aquel fuego blanco de infinitos pétalos. Ardiente por su vibración. En eso consistía el milagro: en que, al estallar en flor, el almendro vibraba rapidísimo como un diapasón callado, obligado a ondular el universo».

José Luis Sampedro, Octubre, octubre

 Este hermoso ejemplar se encuentra en la plaza Darío Regoyos (junto a la bolera).

Pequeño árbol que puede alcanzar hasta 10 m. de altura. Su área natural está en el centro y sudoeste de Asia y en el norte de África. En la Península es una planta introducida desde antiguo, probablemente por los fenicios, y ampliamente distribuida por los romanos.  

Las hojas son caducas, simples, alternas, lanceoladas y serradas en su margen.

Las flores aparecen tempranamente, a veces aún en invierno, antes que broten las hojas, en grupos numerosos y aromáticos que son muy visitados por los insectos. Son de color blanco o rosa, dependiendo de las variedades.

Sobre la floración del almendro hay una hermosa historia. En el siglo XI, en el califato de Córdoba, hubo un rey y poeta llamado al-Mu’tamid. Se cuenta que un día encontró a su esposa, l’timad al-Rumaykiyah, llorando, desilusionada, porque unos copos de nieve habían caído alrededor de Córdoba, y luego se habían derretido. El rey, entonces, le prometió nieve todos los inviernos. Hizo plantar almendros en todas las colinas alrededor de la ciudad, cuyas blancas flores aparecían, al final del invierno, en las ramas desnudas.

La parte carnosa del fruto es verde y, cuando se seca, se desprende para dejar al descubierto la semilla, la almendra.

Su madera es rojiza, muy dura y no se agrieta con facilidad, por lo que es apreciada en ebanistería.

A veces genera una goma resinosa que manifiesta una enfermedad latente, la gomosis, que se produce como defensa ante agresiones de insectos y hongos. Esta se ha usado como sustituta de la goma de mascar y también en farmacia para aglutinar medicamentos antes de que existieran las cápsulas.

La almendra se consume cruda, tostada, salada o ahumada, pero también en la gastronomía como complemento de guisos y ensaladas, y, sobre todo, en pastelería para elaborar tartas, turrones, polvorones, mazapanes y un sinfín de dulces, herencia de la cultura árabe. También se extrae de las almendras un aceite muy apreciado en cosmética y, al triturarlas, se obtiene una leche semejante a la horchata. Además, su cubierta verde sirve como forraje y su cáscara como combustible.

El almendro se cultiva principalmente por su semilla. Por su espectacular y temprana floración también se cultiva, a menudo, como ornamental.

Las almendras amargas contienen amigdalina, precursor del cianuro (ácido cianhídrico), un potente veneno que ya era usado en el Antiguo Egipto para ajusticiar a los criminales.

Prunus era el nombre latino del ciruelo, y el que se dio después también a las especies de frutos semejantes, con un hueso; dulcis nos indica el sabor dulce de las almendras, si bien las hay amargas.

Las palabras ”almendra” y “almendro” derivan de Amygdalus, de origen griego, y significa “árbol hermoso”.

Fuentes consultadas:

Wells, D. (2010). Lives of the Trees. An Uncommon History. Algonquin Books of Chapel Hill, North Carolina.

https://www.arbolapp.es/

https://es.wikipedia.org/

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