jueves, 28 de enero de 2021

Kiwi

Nombre en euskara: Kiwi

Nombre científico: Actinidia deliciosa

Familia: Actinidiáceas 

Ejemplar situado en los terrenos del antiguo Colegio Nuestra Señora del Carmen.

Es una vigorosa trepadora, caducifolia, originaria de China. De porte arbustivo, puede alcanzar los 9 metros de altura.

Las hojas son redondeadas y alternas, de unos 7,5 a 12,5 cm de largo. Presentan un largo peciolo, tienen color verde oscuro con el envés gris y crecen sobre tallos rojizos.

Las flores son dioicas o unisexuales (flores masculinas y femeninas en diferente planta).

El fruto es una baya oval que ya nos resulta familiar.

El testimonio más antiguo del uso del kiwi como planta frutal y ornamental se remonta a la dinastía Ming, en el 1200 d. C., aunque la primera reseña de su uso medicinal es mucho más antigua. 

El kiwi no tuvo difusión fuera de China hasta mediados del siglo XX, cuando se desarrolló comercialmente en Nueva Zelanda. Fue allí donde se le dio el nombre de “kiwi”, posiblemente por una cierta semejanza entre este fruto cubierto de vellosidades y el ave kiwi.

jueves, 7 de enero de 2021

Arborizar la Villa

Mejorar la salud ambiental y humana en las ciudades es un reto permanente. Los árboles urbanos juegan un importante papel en la mitigación de algunos de los problemas relacionados con estos temas. Por ello, los parámetros relacionados con el arbolado y el espacio verde urbano son ineludibles en la planificación urbana.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha asegurado que se necesita, al menos, un árbol por cada tres habitantes para respirar un mejor aire en las ciudades, y un mínimo de entre diez y quince metros cuadrados de zona verde por habitante. Un estudio de la ciudad de Toronto (Canadá) reveló que el mero hecho de tener diez árboles más en una manzana de la ciudad mejoraba la percepción de la salud de sus habitantes.

La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) afirma que una ciudad con una infraestructura verde bien planificada y bien gestionada se vuelve más resistente y sostenible. Asimismo, asegura que los árboles urbanos, a lo largo de su vida, pueden proporcionar unos beneficios que valen dos o tres veces más que la inversión realizada en su plantación y cuidado.

En Portugalete tenemos casi un árbol por cada cuatro habitantes. Así que parece oportuno recordar el proverbio chino: el mejor momento para plantar un árbol fue hace veinte años. El segundo mejor momento es ahora.

 

Donde haya un árbol que plantar, plántalo tú;

Donde haya un error que enmendar, enmiéndalo tú;

Donde haya un esfuerzo que todos esquivan, acéptalo tú.

     Gabriela Mistral, El placer de servir