Mejorar la salud ambiental y humana en las ciudades es un reto permanente. Los árboles urbanos juegan un importante papel en la mitigación de algunos de los problemas relacionados con estos temas. Por ello, los parámetros relacionados con el arbolado y el espacio verde urbano son ineludibles en la planificación urbana.
La
OMS (Organización Mundial de la Salud) ha asegurado que se necesita, al menos,
un árbol por cada tres habitantes para respirar un mejor aire en las ciudades,
y un mínimo de entre diez y quince metros cuadrados de zona verde por
habitante. Un estudio de la ciudad de Toronto (Canadá) reveló que el mero hecho
de tener diez árboles más en una manzana de la ciudad mejoraba la percepción de
la salud de sus habitantes.
La
FAO (Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura) afirma que una ciudad con una
infraestructura verde bien planificada y bien gestionada se vuelve más
resistente y sostenible. Asimismo, asegura que los árboles urbanos, a lo largo
de su vida, pueden proporcionar unos beneficios que valen dos o tres veces más
que la inversión realizada en su plantación y cuidado.
En
Portugalete tenemos casi un árbol por cada cuatro habitantes. Así que parece
oportuno recordar el proverbio
chino: el mejor momento para plantar un
árbol fue hace veinte años. El segundo mejor momento es ahora.
Donde haya un árbol que
plantar, plántalo tú;
Donde haya un error que
enmendar, enmiéndalo tú;
Donde haya un esfuerzo que
todos esquivan, acéptalo tú.
Gabriela Mistral, El placer de servir
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