domingo, 27 de enero de 2019

Beneficios de los árboles urbanos


Actualmente, más del 50 por ciento de la población mundial vive en ciudades.
En 2050, se espera que este número aumente al 66 por ciento. Los árboles urbanos juegan, y seguirán jugando, un importante papel en la calidad de vida de quienes vivimos en ciudades. A lo largo de su vida, los árboles pueden proporcionar un paquete de beneficios que vale dos o tres veces más que la inversión en plantación y cuidado.

Divulgar estos beneficios es uno de los objetivos de este blog, y en esta ocasión nos hacemos eco de una publicación de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) donde se destacan 9 de estos beneficios:

1.   Los árboles pueden contribuir a aumentar la seguridad alimentaria y nutricional local, proporcionando alimentos como frutas, frutos secos y hojas tanto para el consumo humano como para el forraje. Su madera, a su vez, se puede utilizar para cocinar y calentar el hogar.

2.   Los árboles juegan un papel importante en el aumento de la biodiversidad urbana, proporcionando a las plantas y animales un hábitat, alimento y protección.

3.   Un árbol maduro puede absorber hasta 150 kg de CO2 al año. Como resultado, los árboles ayudan a mitigar el cambio climático.

4.   La ubicación estratégica de los árboles en las ciudades puede ayudar a enfriar el aire entre 2 y 8 grados centígrados, reduciendo así el efecto de "isla de calor" urbano y ayudando a las comunidades urbanas a adaptarse a los efectos del cambio climático.

5.   Los árboles grandes son excelentes filtros contra la contaminación atmosférica. Absorben gases contaminantes (como monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, ozono y óxidos de azufre) y filtran partículas finas (como polvo, suciedad o humo del aire), que quedan retenidas sobre las hojas y la corteza. Así, los árboles pueden mejorar la calidad del aire, haciendo de las ciudades lugares más saludables para vivir.

6.   Según muestran diversas investigaciones, vivir cerca de los espacios verdes urbanos y tener acceso a ellos puede mejorar la salud física y mental, por ejemplo disminuyendo la tensión arterial alta y el estrés. Esto, sin duda, contribuye al bienestar de las comunidades urbanas.

7.   Los árboles maduros regulan el flujo del agua y desempeñan un importante papel en la prevención de inundaciones y en la reducción de riesgos naturales. Un árbol maduro de hoja perenne, por ejemplo, puede absorber más de 15.000 litros de agua al año.

8.   Los árboles también ayudan a reducir las emisiones de carbono y ahorrar energía. La colocación correcta de los árboles alrededor de los edificios, por ejemplo, puede reducir la necesidad de aire acondicionado en un 30 por ciento y reducir las facturas de calefacción en invierno entre un 20 y 50 por ciento.

9.   La planificación de paisajes urbanos con árboles puede aumentar el valor de una propiedad en un 20 por ciento y atraer turismo y negocios.

En resumen, una ciudad con una infraestructura verde bien planificada y gestionada se vuelve más resistente, sostenible y equitativa en términos de seguridad alimentaria, mitigación y adaptación al cambio climático, reducción de riesgos naturales y conservación de ecosistemas. Por lo tanto, plantar árboles es necesario tanto para las generaciones actuales como para las futuras.

lunes, 14 de enero de 2019

Camelia

Nombre en euskara: Kamelia
Nombre científico: Camellia japonica 

Familia de las teáceas
                      
Mientras la rosa duerme
en su mata de espinas resguardada;
la flor de la camelia,
roja, blanca y rosada,
entre hojas deslumbrantes,
ya está desarrollada.
     E. Fdez. Castro, La flor de la camelia

Este ejemplar se encuentra junto al Centro Cultural Santa Clara.

Es un arbusto o un árbol pequeño, que en entornos favorables puede superar los 10 metros de altura. Perennifolio, nativo de Asia oriental.
De crecimiento lento, no es muy longevo (30-100 años).

Hojas persistentes, coriáceas, con bordes dentados, terminando en punta, alternas y de color verde oscuro reluciente y vivo con el envés más pálido.
Las flores son solitarias, aparecen en el ápice de cada rama, con una corola simple o doble. Suelen medir unos 7-12 cm de diámetro y tienen 5 sépalos y 5 pétalos. El color va del blanco al rojo. Carecen de fragancia.
El fruto es una cápsula globosa de 2,5 a 4,5 cm de diámetro con 1 o 2 semillas por lóculo.

Camellia es el nombre genérico otorgado en honor al botánico y misionero jesuita del siglo XVII Georg Joseph Camel, que fue el primero en describirlas y dibujarlas en un viaje a Filipinas a bordo de un galeón español; japonica alude a la zona geográfica de su origen.
En la Península Ibérica no se conocen hasta el siglo XVIII, y no es hasta la segunda mitad del siglo XIX cuando comienza a divulgarse.
Arbusto excepcional por su floración invernal. Se utiliza, básicamente, en jardinería. Gusta de un ambiente templado y húmedo.