Nombre en euskara: zuhandor
Nombre científico: Cornus sanguinea
Familia: cornáceas
"Cuando
nací, mis padres y los padres de mi madre plantaron un árbol de cornejo en el
patio lateral de la gran casa blanca en la que vivimos durante mi infancia. Este
árbol. . . era, en cierto sentido, yo… Mi árbol de cornejo todavía está en el
patio lateral, más alto que nunca...".
John
Updike, The Dogwood Tree: A Boyhood
Este ejemplar se encuentra en el paseo de la Canilla.
Es originaria de la mayor parte de Europa y Asia occidental.
Se trata de un pequeño árbol caducifolio que puede alcanzar los 6 m de
altura. Presenta una
copa muy ramificada.
Las hojas son caducas, simples y opuestas, con forma ovalada o elíptica. Los bordes son lisos y terminan en un ápice puntiagudo. Tiene nervios arqueados muy marcados.
Las
flores son pequeñas de color blanco cremoso y olor desagradable. Resultan
vistosas ya que se
presentan en abundantes conjuntos.
El
fruto es una pequeña baya redonda que contiene una sola semilla. Es de color entre negro y azul, no
apto para el consumo humano, ya que es tóxico; sin embargo, es consumido
por algunos mamíferos y muchos pájaros.
La
madera es de calidad excelente, muy dura y resistente, de color blanco rosado.
Se utilizaba para hacer mangos de herramientas y pequeñas piezas torneadas. Las
ramas delgadas se utilizaban para cestería. También fueron utilizadas para
hacer flechas, el arquero prehistórico Ötzi (cuyos restos fueron encontrados en
un glaciar de los Alpes) llevaba flechas de cornejo.
Es muy
ornamental debido a los tonos rojizos que adquieren sus hojas en la estación de
otoño, y por la peculiaridad de que sus ramas son rojas en ejemplares jóvenes.
Resistente bien la poda y las enfermedades. Se utiliza para la formación de setos.
El término Cornus proviene de la raíz indoeuropea “kar” (duro), latinizado como “cornus”, hace referencia a dureza de su madera. El epíteto específico de sanguinea hace alusión al color que adquiere, similar a la sangre.
Fuentes consultadas: