viernes, 3 de noviembre de 2017

Roble común


Nombre en euskara: Haritza
Nombre científico: Quercus robur

Familia: Fagáceas

Sin prevenciones me doy vuelta y siguen
aquellos dos a la izquierda del roble
eternos y escondidos en la lluvia
diciéndose quién sabe qué silencios.
            Mario Benedetti, A la izquierda del roble


Este hermoso ejemplar está ubicado en la calle Sotera de la Mier, junto al mirador.

Árbol robusto, caducifolio, originario de Europa, Asia y norte de África. Puede llegar a los 40m de altura.
Corteza marrón oscura.
Hojas profundamente lobuladas con dos “orejitas” en la unión con el peciolo.
Flores amarillo marronáceas, las masculinas en amentos, las femeninas en pequeños grupos.
Fruto: bellota marrón con largo pedúnculo. Muchos robles no empiezan a producir bellotas hasta que tienen alrededor de 50 años. Es muy longevo, y tiene una velocidad media de crecimiento.
En latín roble y fuerza se expresan con la misma palabra: robur. Así, el roble simboliza la fuerza, tanto física como moral. Incluso en el lenguaje cotidiano utilizamos expresiones del tipo “estar como un roble”.
El papel simbólico del roble se constata en las bellotas que figuran en los bastones de mando y varas de alcalde.
En el País Vasco las juntas se celebraban bajo el roble, que era considerado como el árbol por excelencia. El término haritz significa roble, pero también se utiliza para referirse al árbol en general.
Es el más extendido de los robles europeos. Su madera es muy apreciada por su calidad y resistencia. Es utilizada en ebanistería, en la fabricación de toneles y en la industria naval.
En cada nueva foliación, todas las hojas salen a la vez, y crecen muy deprisa. Esto le ayuda a defenderse de los depredadores, ya que es más difícil que una proporción elevada de hojas tiernas sea atacada. Cada otoño, un roble adulto y bien desarrollado pierde cerca de un cuarto de millón de hojas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario