lunes, 1 de agosto de 2016

Ciprés común

Nombre en euskara: Altzifre arrunta

Nombre científico: Cupressus sempervirens

Familia: Cupresáceas

Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado así mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño;
flecha de fe, saeta de esperanza.
       Gerardo Diego, El ciprés de Silos.

Este joven y estilizado ejemplar se encuentra en un encantador rincón de la Plaza Poeta Larrañaga, junto al Centro Cultural Santa Clara (antiguo Convento de Santa Clara).

Procedente del Mediterráneo, este árbol perenne puede alcanzar los 30m.
Corteza fisurada gris oscuro.
Las hojas son pequeñas escamas triangulares, aromáticas.
Conos femeninos globulares con escamas pentagonales. Conos masculinos pequeños, terminales.
De crecimiento lento, puede llegar a ser muy longevo.
Cupressus es el nombre latino del ciprés. Según algunos autores, éste deriva de Cyprus (Chipre), donde es nativo y crece silvestre. El término sempervirens viene del latín y significa siempreverde.
Aunque sus hojas apenas son olorosas, su madera es muy aromática. Es muy duradera, ya que tiene una oleorresina que la hace resistente al ataque de insectos y microorganismos. Además, se trabaja fácilmente, por lo que se utiliza en construcción naval y para la fabricación de mobiliario de jardín.

Es un símbolo de inmortalidad debido a su longevidad, su follaje perenne y la “incorruptibilidad” de su madera, además de su forma estilizada y espiritual. Por ello, es frecuente encontrarlo en los claustros de los monasterios, como el de Silos.

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