sábado, 20 de agosto de 2016

Árboles y ciudad. Valores educativos

Los árboles también tienen un valor didáctico. Favorecen el contacto cotidiano de la ciudadanía con la naturaleza viva,  facilitando su conocimiento y su disfrute. Los espacios arbolados urbanos suponen una prolongación de la naturaleza, y nos recuerdan los ciclos y paisajes naturales, lo que constituye un importante recurso para la educación ambiental.  Por ello, es importante que fomentemos la percepción de estos procesos naturales a lo largo de las estaciones anuales, de forma que seamos capaces de disfrutar de su observación y de participar en su cuidado. Los árboles que disfrutamos en la actualidad son un legado que tenemos que conservar y mejorar.



Existen experiencias educativas que hacen del contacto con los elementos naturales su seña de identidad. La Bosqueescuela, por ejemplo, es una iniciativa que promueve y difunde el modelo educativo de Educación Infantil al Aire Libre. En ella todas las actividades se desarrollan en el bosque, campo o playa. Los niños y niñas respiran aire fresco, corren, trepan e inventan juegos, aprenden, se relacionan y crecen al aire libre.

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