sábado, 6 de octubre de 2018

Cambios estacionales



“Las cuatro estaciones” que podemos ver en la Canilla son obra de Adolfo Areizaga Orueta (1850-1918). Datadas en 1878, fueron realizadas para los jardines del convento de los Agustinos, y hacen alusión a las estaciones del año y al ciclo de la vida. Están orientadas a los cuatro puntos cardinales: al este, la “Neska del Txorierri”, que representa  a la primavera; al sur, el “Baserritarra de Orozko”, que personifica el verano; al  oeste, la “Etxekoandre”, que simboliza el otoño; y al norte, el "Jauntxo de Arratia", que alude al invierno.
Los árboles que les rodean dan calidez y dinamismo al frío mármol, y nos permiten percibir los cambios que se producen a lo largo del año, aportando, siempre, belleza. Con razón se pregunta el poeta en qué momento del ciclo es más hermoso el árbol.


Árbol, ante el callado rumor que al viento haces
con tus ramas de pájaros, yo no sé lo que quieres…
si entre las alegrías del invierno renaces
o si entre las tristezas del estío te mueres…

¿Quién rige tu armonía constante?  ¿Quién ordena
la permanencia de tu eterna maravilla?
Iguales son, en ti, la alegría y la pena…
dulce es lo que en ti cae, dulce lo que en ti brilla.        

¿Con qué sueño hila Dios tu mayor hermosura?
¿Cuál es el ornamento de tus días mejores?
¿Tu gala de hojas secas, tu pompa de verdura,
tu corpiño de nieve, o tu manto de flores?
                Juan Ramón Jiménez

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