viernes, 2 de febrero de 2018

Dispersión


Siendo seres sedentarios, los árboles han resuelto el tema de la movilidad a través de la dispersión de sus semillas. Esta diáspora aporta diversas ventajas. En primer lugar, las plántulas que nacen juntas acabarán compitiendo por los nutrientes del suelo y por la luz.  Por otra parte, cuanto más dispersa esté la descendencia de un mismo árbol menos probabilidades habrá de que se polinicen entre sí, lo que supone un claro beneficio. Asimismo, se minimizan los riesgos frente a plagas y enfermedades, que causarían más daños en una población agrupada. 

Varias son las estrategias de los árboles para dispersar las semillas. Una es dejarse arrastrar por el viento. Es el caso de los arces, que presentan semillas aladas, lo que les permite aprovechar mejor la fuerza del viento.

Los animales pueden ser otra vía de transporte. Muchos son los animales que comen bellotas, por ejemplo. Pero algunos de ellos, como el ratón de campo o el arrendajo, las esconden en madrigueras, bajo el suelo, o en oquedades junto a los troncos de los árboles. Algunas de estas bellotas quedan sin consumir por lo que, si las condiciones son adecuadas, darán lugar a nuevas plántulas.  En el Parque Nacional Urbano de Estocolmo se ha estimado en 4.300 dólares anuales el valor de los servicios prestados por los arrendajos, quienes, al enterrar y abandonar bellotas en el parque todos los años, favorecen una regeneración constante de los robles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario