sábado, 21 de enero de 2017

¿Cómo surgieron los árboles?


Al principio, el padre Cielo y la madre Tierra estaban muy cerca, abrazados con fuerza. Estaban tan
cerca y tan fuertemente abrazados que sus hijos, que vivían entre ambos, apenas podían respirar. Agobiados, estos empujaron, presionaron hasta que consiguieron que el cielo se separase de la Tierra y se alejase, elevándose hacia arriba, muy arriba.

Desde allí, el Cielo miró hacia abajo y vio a su esposa libre y hermosa… pero tan marrón y vacía que se sintió avergonzado por haberla dejado allí abajo, desnuda.

De modo que mezclando luz y polvo creó troncos y ramas. Combinó el gris con el verde para dar lugar a las hojas, y distribuyó aquellas maravillas por la superficie de la Tierra.

Algunas de sus creaciones se volvían rosas al florecer, otras eran plateadas y tenían forma de estrella, también las había con bayas de un negro azulado o frutos dorados. 

El Cielo se sintió feliz al mirar hacia abajo. La Tierra se sintió feliz y orgullosa de sus tesoros. Éstos se sintieron orgullosos y felices de vestir a la Tierra. Hundieron sus raíces en ella y elevaron sus ramas hacia el Cielo. Y así, erguidos, han permanecido hasta nuestros días.

Y fue así, según cuentan, como surgieron los árboles[1].



[1] Adaptación de un cuento de Nueva Zelanda que recogen Helen East, Eric Maddern y Alan Marks en su libro Espíritu del bosque. Cuentos sobre árboles de todo el mundo.

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