martes, 7 de junio de 2016

Árboles y ciudad. Valores estéticos y paisajísticos

Aportan belleza, variedad y dinamismo. Embellecen el entorno proporcionando variaciones  de forma, volumen y color a lo largo del día, de las estaciones y de la vida del árbol. La bóveda vegetal tamiza los rayos solares y amortigua la luz intensa, dando lugar a vibraciones y diferentes intensidades de luz. Tras la caída de la hoja, los árboles caducifolios muestran las hermosas tracerías que forman las ramas no alteradas por las podas. A esto habría que añadir la variedad de texturas y la delicada fragancia de aromas de flores, hojas y frutos. Por otra parte, el movimiento y sonido producido por las ramas y hojas mecidas por el viento acompaña los vuelos y trinos de los pájaros que encuentran en los árboles cobijo y alimento.

Constituyen un elemento imprescindible en la arquitectura urbana. Ya sea complementando una buena arquitectura, ya sea como elemento que la mejora cuando ésta es deficiente, los árboles aportan armonía, permiten diversificar espacios monótonos, delimitan espacios, ocultan o disimulan vistas desagradables, aumentan la intimidad y personalidad entre edificios, etc.

“El hombre se encuentra encorsetado entre la calle y los edificios con sus 1,75 metros de estatura, hace falta darle una medida proporcional capaz de darle placer, belleza, serenidad. ¡Es preciso plantar árboles!”

                                                                                                      Le Corbusier

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