domingo, 15 de mayo de 2016

Árboles y ciudad. Servicios ambientales

“No es en los anchos campos o en los jardines grandes donde veo llegar la primavera. Es en los pocos árboles pobres de una plazuela de la ciudad. Allí, el verdor destaca como una dádiva y es alegre como una tristeza buena”
                                                                           Fernando Pessoa, Libro del desasosiego


El arbolado de parques, plazas y calles tiene una importante incidencia en la calidad de vida de la ciudadanía. Grandes o pequeños, viejos o recien plantados, solitarios o agrupados, los árboles son retazos de naturaleza entre el asfalto y el cemento. Hacen más agradables y acogedores los espacios en los que se encuentran, y animan nuestros sentidos. En sucesivas entradas repasaremos los numerosos beneficios que nos aportan, empezando por los “servicios ambientales”.

Servicios ambientales:
Suavizan la temperatura ambiental. La cubierta vegetal protege suelos y fachadas de la incidencia de los rayos solares en días calurosos, evitando su recalentamiento y reverberación por acumulación de calor. Por otra parte, la caída de la hoja permite disfrutar de la radiación solar en los días fríos. Además, constituyen un freno contra el viento, ofreciendo protección.
Reducen la contaminación. Aunque la tolerancia a la contaminación varía de unas especies a otras, los árboles son capaces de absorber concentraciones moderadas de SO2, óxidos de nitrógeno y otros contaminantes atmosféricos. Otra forma de limpiar el aire es la captura, por parte de las hojas del polvo y de las partículas suspendidas en el aire, que posteriormente son arrastradas por la lluvia al suelo. Asimismo, disminuyen la contaminación microbiológica, ya que tienen efectos antibióticos debido al ozono emitido por las hojas, y a la producción de una serie de compuestos antibióticos, llamados fitoncidas. No acaba aquí su función higiénica ya que, siendo el ruido otra forma de contaminación, los árboles constituyen filtros naturales que lo amortiguan, en particular los sonidos de alta frecuencia (agudos).
Aportan oxígeno y captan CO2. Esto ocurre cuando hay luz solar,  por medio del proceso de fotosíntesis. Al contario, durante la noche captan oxígeno y expulsan CO2, pero el balance resulta claramente a favor de la producción de oxígeno, mejorando la calidad de la atmósfera. Por otra parte, al captar CO2 los árboles pueden contribuir a almacenar este gas de efecto invernadero. Esto se producirá siempre que la cantidad de carbono captado debido al crecimiento y la plantación sea mayor que la cantidad perdida debida a la mortalidad.

Aumentan la biodiversidad de la ciudad. Favorecen la vida de numerosos animales y plantas. Las aves, por ejemplo, encuentran entre las ramas y hojas un buen lugar para el cobijo y el reposo; gran cantidad de pequeños animales viven en la rugosa corteza, los musgos y líquenes se asientan en troncos y ramas, etc. Por otra parte, frente a la rutina de unas pocas especies, la diversidad es un importante valor ecológico y cultural.

No hay comentarios:

Publicar un comentario