viernes, 8 de septiembre de 2023

Septiembre

Poco tiene que ver el verde que presentan las hojas de los árboles ahora con aquel color fresco y nuevo de la primavera. Es un verde cansado que sabe que pronto virará a otros tonos. 

Llega poco a poco el tiempo de los frutos. Unos comestibles, otros no. Unos conocidos, otros no tanto; pero todos hermosos y necesarios. Albergan lo que garantiza la continuidad de la especie: las semillas. Estas utilizan mil trucos para viajar y extenderse. Unas se cubren con apetecibles frutos, que los animales comen y esparcen. Otras son ligeras y se dejan arrastrar por el viento, o fabrican alas para volar aprovechando su fuerza. Algunas, almacenadas por arrendajos y roedores, quedarán olvidadas en algún rincón y, con suerte, germinarán. Las hay, incluso, que son lanzadas a cierta distancia cuando el fruto se abre bruscamente…

¡Verdes jardinillos,
claras plazoletas,
fuente verdinosa
donde el agua sueña,
donde el agua muda
resbala en la piedra!...
Las hojas de un verde
mustio, casi negras,
de la acacia, el viento
de septiembre besa,
y se lleva algunas
amarillas, secas,
jugando, entre el polvo
blanco de la tierra.

     Antonio Machado, ¡Verdes jardinillos!

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