Los días son calurosos e invitan a ir al parque, a refugiarse en la sombra de los árboles. Una buena ocasión para contemplar las hojas de los árboles. A poco que nos fijemos, podremos asombrarnos con sus formas, su simetría, su disposición…
Las más bajas son, por lo general, más grandes y de un
verde más oscuro que las que crecen arriba. Esto permite que la luz del sol
pueda llegar hasta la parte inferior del árbol, y que, además, las hojas
inferiores (con más cantidad del pigmento que ayuda a las hojas a absorber la
luz solar) puedan captar los rayos más débiles que llegan entre las sombras.
Pero también podemos seguir disfrutando de muchas flores. Así, por ejemplo, la del aligustre (la especie arbórea más abundante en la villa) perfuma con su aroma el entorno que le rodea.
Augusta soledad del bosque umbrío
que da y protege
el álamo frondoso,
amparad de
verano riguroso
al inocente y
fiel rebaño mío.
Que ya el suelo feraz de la campiña
selló julio con
planta abrasadora
y su verdura a
marchitar empieza;
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