La tarde estaba muy tranquila, y el fresco silencio del Árbol de la Ociosidad nos engulló como
un estanque de montaña. Sabri estaba allí, sentado bajo las hojas y contemplando un café; me esperaba con una información particular sobre madera de algarrobo – me había guardado un cargamento especial.
Lawrence Durrell, Limones amargos
Lawrence Durrell, en su libro Limones amargos, habla de un árbol especial, que
“confiere el don de la ociosidad
pura a todos los que se sientan bajo él”. A lo largo del libro se repite
la escena de gente sentada a la sombra de un árbol, charlando, tomando café,
jugando a las cartas, hojeando un libro, viajando sin moverse en animadas
tertulias…
Interesante modelo para nuestros barrios. En todos debería
haber un árbol de la ociosidad, o,
mejor aún, varios estratégicamente situados. Sería una buena forma de crear
espacios amables donde juntarse en un entorno agradable, aumentando el sentido
de pertenencia y comunidad; porque un futuro sostenible necesita menos consumo
y más ocio bajo los árboles.
Fuentes consultadas:
Durrell, L. (1987). Limones amargos, EDHASA,
Barcelona.
https://losarbolesinvisibles.com/
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