Avanza la primavera poco a poco, los árboles más tardíos van echando las hojas, y, en silencio, los árboles van cubriéndose de un verde de promesa.
Los cerezos
están en flor e invitan a celebrar nuestro propio Hanami, esa tradición japonesa de contemplar la belleza de las
flores, especialmente asociada a la floración de los cerezos. Durante el tiempo
que dura esta, la gente acude a parques y jardines a contemplar las flores. Es
habitual ir a los parques en los que los cerezos han florecido para comer,
beber y charlar. Tras unos pocos días de esplendor dan paso a otro espectáculo
en forma de lluvia de pétalos.
Pero no solo los cerezos, otras especies también florecen en abril. Algunas son discretas y apenas se distinguen entre las hojas, como en el caso del alcanforero o el aguacatero, pero otras son muy vistosas. Es el caso de la fotinia, el castaño de indias o la lluvia de oro.
Que lo mire mis ojos
vuelto nube,
aire de abril,
sombra de golondrina
en los espejos frágiles
del mar...
Meira Delmar, Dejo este amor aquí
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