“Las cuatro estaciones” que podemos ver en la Canilla son obra de Adolfo Areizaga Orueta (1850-1918). Datadas en 1878, fueron
realizadas para los jardines del convento de los Agustinos, y hacen alusión a las
estaciones del año y al ciclo de la vida. Están orientadas a los cuatro puntos
cardinales: al este, la “Neska del Txorierri”, que representa a la primavera; al sur, el “Baserritarra de
Orozko”, que personifica el verano; al
oeste, la “Etxekoandre”, que simboliza el otoño; y al norte, el "Jauntxo de Arratia", que alude al invierno.
Los árboles que les rodean dan calidez y dinamismo al frío mármol,
y nos permiten percibir los cambios que se producen a lo largo del año,
aportando, siempre, belleza. Con razón se pregunta el poeta en qué momento del
ciclo es más hermoso el árbol. con tus ramas de pájaros, yo no sé lo que quieres…
si entre las alegrías del invierno renaces
o si entre las tristezas del estío te mueres…
¿Quién
rige tu armonía constante? ¿Quién ordena
la
permanencia de tu eterna maravilla?Iguales son, en ti, la alegría y la pena…
dulce es lo que en ti cae, dulce lo que en ti brilla.
¿Con
qué sueño hila Dios tu mayor hermosura?
¿Cuál
es el ornamento de tus días mejores?¿Tu gala de hojas secas, tu pompa de verdura,
tu corpiño de nieve, o tu manto de flores?
Juan Ramón Jiménez
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