Hubo
árboles antes que hubiera libros […] Y tal vez llegue la humanidad a un grado
de cultura tal que no necesite libros, pero siempre necesitará de árboles… Miguel de Unamuno
En la Escuela Peripatética que fundó Aristóteles en el 335 a. C., se
aprendía paseando bajo los árboles. Famoso fue también el jardín o huerto de
Epicuro. En la isla de Cos, junto a un plátano de sombra, Hipócrates transmitía
su sabiduría médica… La relación de los árboles con la cultura y el saber es muy
antigua, y las referencias históricas de esta relación podrían ser inagotables.
Hay muchas formas de gozar de los parques, y una de ellas es
la lectura. Leer un buen libro a la sombra de un árbol es uno de esos placeres
cotidianos que cualquiera puede permitirse. Y una buena forma de fomentar este
saludable hábito es una iniciativa que se ha puesto en marcha en algunas
ciudades: las micro bibliotecas de parque. Tal como se puede apreciar en las
fotografías, tomadas en un parque de Burdeos, se trata de una “infraestructura”
muy sencilla, que apenas necesita mantenimiento y que puede ser gestionada
directamente por quienes la utilizan.
Quien
tiene una biblioteca y un jardín lo tiene todo.
Cicerón
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